Trabajan a menudo para la televisión, doblando documentales, reportajes, dibujos animados o películas, y realizan,
además, trabajos como locutores para anuncios de radio y televisión.
Deben realizar una interpretación similar a la del actor en pantalla, guardando el carácter dramático de la película y ajustando
al máximo el texto al movimiento de los labios (lo que se llama “sincronía”). Existe la figura del director artístico que escoge y
dirige el reparto de voces. Él es quien conoce a la perfección el material que se está doblando y el que va dando las
indicaciones del trabajo a realizar. Un doblaje se divide en “takes”, trozos de diálogo en los que cada actor tiene un papel.
Estos profesionales cobran siempre en función de los “takes” asignados y los “c.g.”, o el número de “convocatorias” a realizar.
Para llegar a ser un buen actor de doblaje se deberá tener una base actoral que se adquiere, aparte de la potencialidad
individual, en una escuela de doblaje, donde el estudio de la interpretación es un medio importantísimo para llegar a ser un
profesional. Asimismo, se empieza asistiendo, en la medida de lo posible, a sesiones reales de doblaje para familiarizarse con
la técnica y la jerga propia de esta profesión. De este modo se tiene la posibilidad de realizar contactos en dicho mundo
artístico, conocer directores de doblaje, actores y profesionales del medio. En las primeras convocatorias se empieza
acumulando experiencia haciendo “ambientes”, cortas intervenciones de poco compromiso. Entonces comprobarás que han
sido de utilidad las clases de dicción, técnicas de respiración y dinamización de textos, impartidas en una experimentada
Escuela de DOBLAJE.