DOBLAJE: EL PERFECTO DESCONOCIDO.
El doblaje gana detractores en España. Cada vez son mas los actores y críticos de cine que se unen a este grupo y no dudan en hacer públicas sus repulsas hacia la profesión que hace creer que actores, como Robert de Niro o Al Pacino, hablan un perfecto español. Pero el doblaje es una tradición que goza de una insuperable calidad si se compara con el que se hace en Francia, Italia o Alemania, países en los que también alcanza un alto nivel de calidad. En otros, como Portugal o EE.UU., el público cinéfilo lo considera una adulteración del producto cinematográfico.
Esta actividad es un sucedáneo del producto original para un público cinéfilo cada vez mas abundante en España, un fraude, aunque aquí cabe hablar sobre los intereses de ciertos colectivos: a la industria cinematográfica española nunca le ha interesado el doblaje de películas extranjeras pues ello ha conllevado y conlleva a una competitividad en la que ella pierde.
En el ámbito del doblaje, se encuentran tanto apocalípticos como integrados; puristas que abogan por los subtítulos y de buena gana prohibirían el doblaje, y verdaderos paladines que encuentran en esta profesión una parte importante del buen hacer dramático, “además del enriquecimiento de matices que supone la incorporación de otros puntos de vista. En este caso, del director de doblaje y del actor, pues el personaje es interpretado por dos veces en una misma producción”, según uno de los directores de los estudios sevillanos “Olea y Picón”, Luis Fernando Ríos.
Los profesionales del doblaje suelen coincidir en su respuesta a la pregunta de cuando una película esta bien doblada: “El doblaje de la película es bueno cuando no te percatas de que está doblada”-dice Enrique Rodríguez, actor y profesor de doblaje-. Y es que el doblaje, en cierto sentido, es una “trampa”. Doblar es, básicamente, ajustar un texto al movimiento de los labios de un personaje en pantalla e interpretándolo con la voz, sin olvidar ajustarse a la cara del personaje, siendo así lo más fielmente posible al original.
Voz, modulación, dicción, entonación, proyección de la voz, matices, registros, sincronización y, por supuesto, interpretación. Estos elementos constituyen los pilares que sustentan a un actor o actriz de doblaje. Pero para que una producción sea doblada hacen falta mas elementos.
El actor de doblaje tiene que ser dirigido al igual que un actor teatral o de cine, así lo ve Mariano Fraile, co-gerente de “Olea y Picón”. El director conoce perfectamente el material que se esta doblando y , antes de doblar cada toma, da sus instrucciones al doblador. Si es necesario, el director corrige los posibles errores del actor o actores, e incluso llega a ordenar la repetición de la grabación del fragmento.
El texto de los personajes, una vez traducido al idioma en el que se va a doblar, es ajustado para que sea posible su sincronización. Antes del ajuste, la película tiene que ser dividida en una serie de fragmentos que en el argot del doblaje se denominan “takes” y que tienen una duración aproximada de cuarenta y cinco segundos.
En un estudio de doblaje no puede faltar la figura del técnico de sonido. Se trata de un profesional cualificado tanto en el registro de voces como en la posterior mezcla de todos los elementos que integran la película a través de la sincronización de las voces, la imagen y el soundtrack.
En Sevilla, resulta bastante difícil encontrar técnicos especializados, dice Ángela Vázquez, técnica de sonido: “Los que nos dedicamos al doblaje en esta ciudad, hemos aprendido a base de practica, de muchas horas y desde luego , poniendo mucho oído. Te tienes que llevar un tiempo al lado de un profesional y ver cómo trabaja hasta que llega el día en que te deja grabar tu primer “take”. En Madrid es posible hacer un curso de técnico de doblaje y conseguir un tituló no oficial expedido por la Asociación de Técnicos Cinematográficos Españoles.
El soundtrack es una especie de banda sonora original que incluye tanto la música de la película, si es que la lleva, como cualquier ruido ambiental.
La infraestructura tecnológica, como es de suponer, ha variado bastante a lo largo del tiempo. Hoy en día existen programas informáticos que facilitan extraordinariamente la labor del técnico, además de superar con creces la calidad sonora del doblaje resultante.
El doblaje no se relaciona tan sólo con el cine, también esta estrechamente ligado a la televisión. Se doblan series, programas, dibujos animados, documentales…. En los documentales se utiliza una técnica de doblaje diferente a la del resto. En ellos, el efecto de sincronización es totalmente opuesto al de las películas. Si en una película la voz del doblador debe coordinarse con el movimiento de los labios del personaje, en el documental la voz doblada ira por un camino totalmente divergente al del original, ya que la costumbre es que la voz original esté presente, aunque a un volumen mas bajo.
Por su parte, para cumplir su cometido, el actor de doblaje requiere, evidentemente, su voz, una copia del guión, un lápiz para pautarlo y gran capacidad de retentiva, porque en esta profesión es muy importante la agilidad del doblador. El doblaje es un negocio y la película tiene un tiempo límite para ser doblada, el incumplimiento de ese tiempo supone pérdidas para la empresa.
Los registros que un actor pueda tener se refiere a los distintos tonos que es capaz de utilizar sin dañarse la voz. Una actriz de doblaje puede simular tanto la voz de una niña como la de una mujer de treinta años o, un actor puede doblar tanto a un tipo duro, como a un personaje de dibujos animados cuya voz sea atiplada. Eso dependerá de los registros que posea el actor. “Los registros se pueden aprender, pero hay una parte innata fundamental”, dice Enrique Rodríguez, “no es cierto que para doblar haya que tener una voz bonita, hay que saber utilizarla y, por supuesto, dar rienda suelta al actor que llevamos dentro”.
El doblaje resulta ser una profesión misteriosa y parte inseparable de nuestra cultura cinematográfica española.
(por Beatriz Rodríguez Gutiérrez)